Alimentación saludable

Cambio de habitos, Por dónde empiezo?

Esta es la típica pregunta que todos nos hacemos cuando nos decidimos a realizar un cambio de habitos en nuestra alimentación.

Esto es totalmente normal porque, al principio, cambiar ciertas costumbres que traemos arraigadas hace mucho tiempo nos puede generar incertidumbre y por lo general nos preocupa los nos puede faltar y nos preguntamos qué tenemos que agregar a nuestras comidas diarias.

Ponemos el foco en que no nos falte nada, cuando en realidad estamos

«sobrealimentados pero malnutridos»

Cambio de habitos, por dónde empiezo?

El primer paso hacia una buena alimentación debe contemplar dejar de consumir ciertos alimentos que no solo no nos nutren, sino que nos intoxican e interfieren en el buen funcionamiento de nuestro organismo, como el gluten, los lácteos y sus derivados, las carnes, el azúcar , la soja y los cereales refinados; e intentar consumir más alimentos crudos y menos cocidos, o al menos utilizar técnicas de cocción suaves, como el vapor, que además nos permitirá conservar todos los nutrientes del alimento y potenciar su sabor.

Si desde ya logramos reducir el consumo de estos alimentos, la batalla estará casi ganada. Verán rápidamente que este simple cambio de habito les traerá grandes resultados en cuanto al aumento de energía y la pérdida de peso, aunque no sea nuestro objetivo final. Y no se preocupen por lo que nos pueda «faltar», por la carencia de nutrientes, porque les aseguro que ni el azúcar, ni los cereales refinados, ni el gluten, ni siquiera los productos lácteos nos aportan los nutrientes esenciales que necesita nuestro cuerpo.

cambio de habitos por donde empiezo blog de nutricion
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Cómo llevarlo a la práctica fácilmente

El primer cambio de habito que debemos  realizar es elegir cereales integrales pero no de trigo. Hago un paréntesis aquí, porque cuando recomiendo cambiar por los cereales integrales, muchos me dicen: “Si yo consumo pasta de trigo integral o hago mis pizzas con harina de trigo integral”. Pero no me refiero a esto, sino a dejar a un lado el gluten, y este se encuentra en todos los productos que contienen trigo, sea refinado o integral, por lo tanto tenemos que incrementar la ingesta de cereales integrales sin gluten, tales como: arroz integral, arroz basmati, quinoa, mijo, trigo sarraceno, amaranto, etc.

Digámosle «NO» al azúcar refinada y a los edulcorantes artificiales. Por suerte hoy en día encontramos en el mercado una amplia variedad de alternativas saludables al azúcar que nos permitirá reemplazarla sin ningún inconveniente en todas las preparaciones dulces clásicas, mantener el sabor y conservar nuestro salud. Las opciones saludables al azúcar son:

  • Xylitol: mi endulzante preferido. De aspecto idéntico al azúcar, blanco y granulado, es apto para diabéticos porque no incrementa demasiado el índice glucémico en sangre y se adapta a todas las recetas elaboradas con azúcar refinada.
  • Stevia: siempre y cuando estemos seguros que es stevia pura y no esté mezclado con otros endulzantes. Yo utilizo directamente la hoja seca para endulzar las infusiones
  • Azúcar de coco: muy parecida en aspecto y color al azúcar de caña, aporta un sabor a caramelo y un toque oscuro a las preparaciones.
  • Sirope/jarabe de arce o agave.
  • Dátiles: muy dulces, se adaptan perfectamente a la elaboración de postres crudiveganos. Se puede hacer un sirope de dátiles dejando en remojo unos dátiles sin carozo/hueso en agua caliente durante media hora y después los procesamos junto a su líquido hasta lograr la consistencia de sirope.
  • Miel ecológica, si no eres vegano.
  • Azúcar mascabo: en realidad, esta es la opción que menos me gusta, pero al menos es más saludable que el azúcar refinada.

Tampoco debemos renunciar a los dulces: los amantes del chocolate podemos comenzar a entrenar nuestro paladar con el chocolate negro puro (al menos 70/80 % de cacao); los que disfrutan de comer tortas, brownie, cheesecake, helados, galletitas dulces, etc., también tienen infinidades de opciones elaboradas sin azúcar, trigo ni productos lácteos. Y les aseguro que no tienen nada que envidiarle a lo que estábamos acostumbrados a comer.

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Yo no quiero renunciar al pan!

En cuanto al pan, lo seguiremos consumiendo pero sin trigo, y aprovecharemos la enorme variedad de harinas que nos brinda la naturaleza para elaborarlos, y así, podremos disfrutar de panes de harina de trigo sarraceno, maíz, arroz, espelta, almendra, quinoa, etc.

Y la leche, la manteca y los yogures?

Reemplazar la leche de vaca es una de las cosas más fáciles, ya que en el mercado hay infinidades de leches vegetales al alcance de todos, como la leche de arroz, almendras, avena, coco, espelta, avellanas, etc. Las hay de sabor más neutro o más dulce, dependerá de nuestro gusto.

Para los yogures, tenemos la opción de hacerlos nosotros mismos con frutos secos y probióticos, preferentemente con castañas de cajú/anacardos que le confieren una textura de yogur perfecta, y el probiótico le da ese toque de acidez propio del yogur. No recomiendo los yogures de soja, ni la soja en general, si bien se ha convertido en el alimento preferido de los veganos.

¿Y la manteca? Buena noticia: también podemos sustituirla por el aceite de coco, por ejemplo, ya que al ser de naturaleza sólida a temperatura ambiente, lo podemos usar perfectamente para untar nuestros panes, así como también para realizar nuestros postres. Otra opción es el aceite de girasol u oliva, que reemplazarán sin problema la manteca en la elaboración de galletas, tortas, bizcochos.

Como sustituto del huevo, podemos usar el lino remojado, ya que en contacto con el agua tiene la capacidad de generar un mucílago pegajoso que funciona como la clara de huevo. Para las tortas y bizcochos, podemos reemplazarlo por 1 banana madura.

A esta altura muchos se preguntarán: Entonces, ¿hay que «hacerse vegano»?

¿Es la opción más saludable? Mi respuesta es: «NO». Parece que el veganismo se ha puesto de moda, que todo el mundo quiere dejar de comer carne y productos derivados de animales para estar bien, o también están los que siguen el veganismo como una filosofía de vida porque están en contra del maltrato y la explotación animal, pero ser vegano no alcanza para llevar una alimentación equilibrada y gozar de buena salud. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que los veganos no comen carne, ni huevos, ni manteca/mantequilla, ni crema de leche/nata, pero por el contrario pueden consumir azúcar integral, gluten, cereales refinados, fritos, soja, etc., y estos son precisamente los alimentos que deberíamos eliminar completamente si queremos mejorar nuestra calidad de vida. Tampoco los veganos se caracterizan por comer muchos alimentos crudos, salvo los crudiveganos obviamente. Entonces, ¿por qué creemos que llevar una dieta vegana o vegetariana nos va a hacer adelgazar si podemos estar todo el día comiendo dulces, papas/patatas fritas, pizzas, etc.?

Hago esta aclaración porque últimamente escucho mucho este concepto acerca del vegetarianismo y veganismo. Para los que les interese informarse un poco mas acerca de estos temas les dejo este post.

Les aconsejo que no nos encasillemos dentro de un grupo ni otro, sigamos ciertos hábitos saludables sin importar qué somos, y así veréis qué fácil es mantener nuestro cuerpo libre de toxinas y, porqué no, también perder esos kilitos que nos molestan.

Al principio cuesta creer que podamos comer todas estas cosas y aún perder peso, pero la verdad es que si lo pensamos es muy simple:

todos los alimentos que sugiero dejar de lado son los alimentos que nos van intoxicando,

que no permiten al cuerpo realizar las funciones vitales correctamente porque el organismo está constantemente ocupado tratando de eliminar todos los productos de desecho que generamos al consumir azúcar, lácteos, productos refinados, etc., y si no tiene tiempo de eliminarlos, los almacena en la grasa corporal hasta que pueda deshacerse de ellos. Al cambiar ciertos hábitos y nutrirnos correctamente, el cuerpo ya no pierde tiempo ni energía en desintoxicarnos y puede llevar a cabo todas las funciones vitales correctamente y a tiempo.

Es por todo esto que los desafío a deshacerse de todo aquello que los intoxica y los sume en un estado de cansancio constante para sumergirse en el mundo de lo natural, de los alimentos vivos y no procesados. ¿Quién se anima?

 

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Ana Scasso

Siempre me interesó la salud, el bienestar y cuidar mi cuerpo, tanto desde afuera como desde adentro. Me formé en Reiki, Reflexología, Meditación Guiada y Flores de Bach, entre otras disciplinas, y a medida que fue pasando el tiempo, me fui interesando cada vez más en la alimentación orgánica y natural, y en consumir alimentos libres de pesticidas y conservantes artificiales.

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